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EL DOLOR QUE NO SE VE

Para el psicotanatólogo es de especial importancia el manejo del dolor intangible, aquel que sentimos pero no lo ubicamos en ninguna parte de nuestro cuerpo, justo a partir de este momento empieza nuestro trabajo. Para realizar la tarea serán necesarios: conocimientos, experiencia y sensibilidad, factores que deben alinearse para hacerle frente a las vicisitudes causadas por el dolor de las personas y como tratar cada caso en particular.

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Los científicos en su esfuerzo por conocer más sobre el comportamiento humano han incursionado en el laberinto de la mente, su sorpresa ha sido encontrar estructuras de uso diario, cuya función es mantener el equilibrio bio-psico-social.

Algunas veces el dolor psicológico se puede enmascarar conductualmente la persona empieza a dar manifestaciones que no son compatibles con su accionar diario, por lo tanto hay que hacer las averiguaciones para detectar cuáles han sido las circunstancias que están provocando la pérdida del equilibrio.  Cuando le pregunto a una persona qué le está sucediendo y responde tajantemente: nada, utiliza una evasiva, o dice claramente no quiero hablar…, es justo el instante donde puedo confirmar que en su psiquismo sin importar la dimensión del problema hay una lucha interior. Por lo tanto debo levantar una historia llegar a una impresión clínica y concluir en un diagnóstico.

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Para cerrar la temática ha de quedar claro que la intervención de un especialista no se necesita, para saber el porqué de los cambios en el comportamiento de alguien cuando un familiar ha muerto.

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Sin embargo la mediación psicoterapéutica del psicotanatólogo tiene sentido cuando el duelo se inicia.

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